Desde la perspectiva de la lingüística del texto, es posible concebir a lo menos dos tipos de palabras: aquellas que son los ejes de la expresión y otras que sirven para relacionar los conceptos que indican las anteriores. De esta forma, es fácilmente deducible que están las palabras que cumplen función de relación y otras que no. Las que no cumplen esta función se conocen tradicionalmente como sustantivo y verbo.
Por otro lado, estructuralmente, y siguiendo la doctrina del maestro Rabanales, encontramos que los sustantivos más que una clase de palabra, es una clase de función gramatical. Según él, la función sustantiva puede ser desempeñada por remas sintagmas o series. el rasgo distintivo de esta categoría de palabra es "conllevar las categorías de género y número ".
Para otro importante gramático chileno, don Emilio Camus, "la función sustantivo está representada por todo término que designe a objetos o situaciones objetivas". Para Camus, es importante que esta clase de términos pueden ser pensados en forma independiente y sin denotar tiempo.
La Real Academia Española de la Lengua -en adelante, simplemente Academia-, en su Esbozo no entrega una definición precisa del sustantivo, sino que simplemente se dedica a caracterizar la palabra como aquella que presenta determinadas flexiones, en este caso, las de género y número.
Para los objetivos de este curso, aplicaremos la siguiente definición:
El sustantivo, en primera instancia es una función gramatical que puede ser desempeñada por cualquier palabra, sintagma o serie. Los signos que cumplan la función sustantivo deberán, necesariamente, flexionar o variar o bien ambas. Finalmente, desde un enfoque semántico, los sustantivos pueden tener el rasgo (+ persona) o (- persona).
Analicemos paso a paso la definición:
a) función gramatical: una función se entiende como la dependencia de un signo dentro de un decurso, según la terminología de Alarcos. Esto quiere decir, que en el plano sintáctico, las palabras cumplen función porque los otros signos determinan el valor de la expresión dada. Al ser la función una expresión relacionada con el plano sintáctico, el valor del signo en esa función estará dado, tal como lo plantea Camus, por la designación de objetos.
b) palabra, sintagma o serie: sin duda que uno de los conceptos más ambiguos., a la luz de los estudios actuales, es palabra. Normalmente, alguien la puede asociar como un todo y en determinados casos a un conjunto de raíces, prefijos y sufijos. Sin embargo, la palabra es mucho más que eso. Después de Saussure, han sido varios los que han delimitado los constituyentes del signo. La doble articulación de Martinet entrega el fundamento para entender conceptos como lexema, morfema que contiene significado léxico y gramema, morfema que entrega significado categorial, tales como género y número.
El concepto de sintagma se aplica para la conjución de dos signos en relación de interdependencia, es decir, uno necesita al otro. Al presentarse esta relación en un sintagma que no cumpla la función de sujeto, debería considerarse una sola "palabra", pues los dos elementos están ligados y, por lo tanto, el significado va a depender de esta unión y si llega a faltar un miembro, el significado se verá invariablemente alterado, incluso si se emplea esta elisión como método de correferencia.
Finalmente, la serie se entiende como una suma de signos homofuncionales. La diferencia con el sintagma es que si bien existe en la serie una cierta relación, esta no alcanza el nivel de la depencia sintagmática y por lo tanto, los miembros de la serie son independientes entre sí, aun cuando la concordancia con el verbo o con algún adjetivo revele su cohesión.
c) Flexión: la flexión es un término lingüístico que hace referencia a la capacidad de una palabra de concordar un significado gramatical mediante el cambio de un morfema. La flexión es característica de los nombres y de los verbos y cada uno de ellos tiene flexiones independientes. En el caso de los sustantivos, la flexión es de género y número. Los morfemas de género en español son variados en cuanto a su forma y las oposiciones que forman son múltiples. La corrección idiomática en ellos es la que decide entre los usos formales e informales, por ejemplo se prefiere actor/actriz a actor/actora, aun cuando ambas formas de construcción son adecuadas. La oposición morfemática de género más común en español es o/a: gat-o, gat-a. Otra es e/a: client-e, client-a.
Por otra parte, es conveniente decir que muchas veces un cambio de morfema no involucra cambio de género, sino cambio de significado. Así, expresiones como manzano/manzana no expresan cambios morfemáticos, sino que semánticos. En conclusión, se puede decir que en el anterior ejemplo, se está en presencia de dos signos lingüísticos diferentes.
d) variación: flexión y variación son dos conceptos complementarios. Mientras que la palabra flexión implica un cambio de forma en la palabra, mediante la permutación de morfemas dados, la variación se entiende como el cambio de valor funcional del género y número sin que haya cambio morfemático en el mismo signo. De esta forma, una sustantivo como estudiante es variable en cuanto género y número en los contextos estudiante aplicado, estudiante aplicada, pero no presente la flexión morfemática.
Desde esta perspectiva, para que un nombre sea tal, debe presentar al mismo tiempo la flexión y la variación.
e) valor semántico (+persona, -persona): Si bien las consideraciones anteriores son de carácter estructural y morfológico, no se puede dejar afuera de la caracterización del nombre sustantivo el rasgo semántico, es decir, la clasificación de los múltiples significados que puede tener el signo.
Tradicionalmente, los sustantivos se han caracterizado como las palabras que designan "persona, animal o cosa". Desde el punto de vista del principio de empirismo, postulado por Hjelsmlev, es una definición incoherente y poco exhaustiva.
Si consideramos la definción anterior, expresiones como "amigo", "gato", "silla" son sustantivos de los más calificados de la lengua. Sin duda que esta clasificación está pensada en el más básico de los niveles escolares, pues está enfocada a los sustantivos que designan realidades concretas. Por lo tanto, según la definición, palabras como "gratitud" o "audacia" no son sustantivos, pues designan realidades abstractas. He aqí entonces una muestra de la no exhaustividad de la definición anterior: quedan fuera de la clasificación palabras que son nombres sustantivos.
Por otra parte, si asumimos como correcta la definición, cabe preguntarse por qué se realiza una distinción tripartita entre las diferentes clases de sustantivos, si en la lengua existen palabras que demuestran que la distinción es biparita: respecto de ciertos pronombres encontramos distinciones como nada/nadie; que/quien; algo/alguien, lo que deriva en que el español distingue, al menos, entre "cosas" y "personas". Ahora, esta distinción está, a mi juicio, centrada más en la diferencia persona/no persona, que en cosa/persona. La razón que arguyo es que los sustantivos pueden "personificarse", es decir, transitar de lo inanimado a lo animado en un caso como "la planta floreció" -->algo floreció, es evidente que el rasgo es "-persona", pero: "ella habla con las plantas" --> alguien habla con alguien, pero no habla con algo, pues el verbo hablar rige complemento con valor +persona. De ahí que sostenga que en español los sustantivos semánticamente, hacen diferencia entre +persona y -persona.
De esta forma, y obviamente antento a los comentarios, tanto de forma como de fondo, dejamos la discusión sobre el sustanvio en español.
jueves, 20 de marzo de 2008
sábado, 15 de marzo de 2008
La Gramática de Andrés Bello
Esta entrada contiene un estupedo link a cervantesvirual, donde está reproducida la gran obra de don Andrés Bello.
He aquí una obra de consulta permanente para profesores de lengua (ya sea materna o extranjera) pues Bello presenta una teoría gramatical novedosa y adelantada a su tiempo, pues intuye que los estudios de la lengua debe ser de carácter inmanente, es decir, centrados en la lengua misma, como si no hubiera otra lengua en el mundo. Por otra parte, argumenta que lengua y pensamiento no van necesariamente tomados de la mano y que, por lo tanto, no es posible establecer un perfecto paralelismo entre lengua y pensamiento.
Sin embargo, al igual que otras magnas obras de las humanidades, la obra de Bello es una "catedral con goteras". Presenta algunos errores que acaso se justifican debido a la época de producción de la obra.
Para el caso, lo importante que se debe tener en cuenta es el famoso prólogo, que nuestro venerable maestro Juan Castro nos recomendó leer al menos una vez al mes durante todo nuestro ejercicio docente. Si bien la sugerencia nunca la he seguido al pie de la letra, cada vez que tengo que hablar sobre gramática, la lectura del mencionado prólogo es obligatoria, los controles de lectura se multiplican y los alumnos entienden que la enseñanza de la lengua debe ser científica y nunca se debe subestimar la capacidad intelectual de los alumnos por enseñar teorías que no son exactas.
Este link esta absolutamente recomendado para aquellos alumnos que tienen gramática este año. No olvidar: lectura completa del Prólogo.
Introducción
El objetivo de este espacio es crear un lugar donde se expongan, intercambien y debatan ideas sobre la Lingüística, la enseñanza de la lengua materna o cualquier otra inquietud que tenga que ver con las ciencias del lenguaje.
Sin duda de que todos los interesados están invitados a participar de este espacio virtual, pero sin duda que lo he pensado y creado en función de los múltiples alumnos que he formado en el área, tanto a nivel escolar como a nivel de pregrado.
A medida que vayan surgiendo necesidades, incorporaremos secciones de gramática, lingüística general, lingüística diacrónica, didáctica de la lengua, gramática contrastiva, etc.
Invito a todos los cibernautas a dejar sus opiniones en este humilde espacio-recurso sobre las ciencias del lenguaje.
Sin duda de que todos los interesados están invitados a participar de este espacio virtual, pero sin duda que lo he pensado y creado en función de los múltiples alumnos que he formado en el área, tanto a nivel escolar como a nivel de pregrado.
A medida que vayan surgiendo necesidades, incorporaremos secciones de gramática, lingüística general, lingüística diacrónica, didáctica de la lengua, gramática contrastiva, etc.
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