martes, 20 de mayo de 2008

EL GRAN PEZ


Quien haya visto la película, sabrá que se trata de los recuerdo de un hombre que está viviendo sus últimas horas de vida. Su hijo, un tipo adulto descreído de las historias de su padre, había tenido hasta la fecha un grave conflicto con él por estas inverosímiles narraciones.
Durante sus últimos momentos, el hombre habla con su hijo, con su nuera y les relata la historia de su vida desde su nacimiento: habla de las personas que conoció y de los amigos que formó durante su vida.

La volví a ver el otro día y no pude dejar de acordarme de mi padre. Hará ya un mes de su partida y siento que su funeral fue muy parecido al de "El gran pez". Vi a gente que lo quiso y lo respetó mucho y que yo no veía hacía mucho tiempo: sus antiguos compañeros de trabajo, sus amigos de la juventud, los vecinos. Todos comentaban algo de él en esos tristes momentos, tal como sucede en los comentarios que hacían los amigos de Ed Bloom durante su funeral.

Ahora me acuerdo yo.

Me acuerdo cuando éramos muy niños y papá nos llevaba siempre a la plaza el día domingo. Jugaba con él a la pelota, o andaba en bicicleta, mientras él leía el diario; otras veces, era el Parque O'Higgins el lugar de paseo: los domingos en la mañana, comprar una pelota plástica, beber algún jugo comprado en los kioscos del parque, caminar. Mi infancia fue feliz. Mi padre siempre se preocupó de jugar con nosotros. Me acuerdo cuando íbamos los domingos a Peñaflor (ignoro si El Trapiche sigue funcionado) y jugábamos fútbol hasta que quedaba exhausto.

De la época del liceo, recuerdo cuando cuando me iba a buscar y los días viernes eran especiales, pues mientras yo tenía mi reunión scout, él me esperaba en la sede sindical de su trabajo jugando pool con sus amigotes. Típico era después la invitación a un churrasco con una bebida.

Podría seguir recordando los bellos momentos que tuve con mi padre durante 35 años y en verdad tengo muchos momentos gratos y pocos ingratos. Mi padre siempre procuró la felicidad y el bienestar de la familia y creo que ese el el legado y la misión que tengo que cumplir ahora. Nunca fuimos buenos conversadores, pero creo que con ejemplos se sustituyen las palabras.

(seguiré después...)